Cuatro extrañas estatuas en Bratislava
Bratislava es la actual capital de Eslovaquia, país que hasta no hace mucho fue parte de Checoslovaquia y hace mucho fue parte de Hungría.
La realidad es que está geográficamente en el medio de Europa y ostenta la rareza de ser la única capital mundial que tiene frontera con dos países: Austria y Hungría.
Está a 60 km de Viena y a 62 km de República Checa y es por esta cercanía que me quedó dos veces de camino entre un lugar y otro.
En particular tengo una profunda admiración por los países Bálticos por el solo hecho de haberse recuperado de una guerra atroz y despiadada en tan solo 20 años, transformándose en países modelo con un futuro muy promisorio.
Algo de esto les había contado cuando les hablé de mi paseo por Liubliana, Eslovenia, otra ciudad hermosísima muy recomendable para visitar.
Esta es una foto del centro de Bratislava hoy.
Por supuesto que todo esto no es casual, se necesita mucha voluntad y organización, planificación y creatividad, y esta gente entendió muy bien el último punto.
Tras los cambios políticos los bratislavos trataron de revivir la ciudad no solo pintando fachadas y limpiando o reparando edificios históricos sino también creando atracciones para los turistas y acá es donde entran nuestras estatuas extrañas.
Son cuatro.
Se hicieron alrededor del año 1997.
Son sumamente originales y populares entre habitantes y turistas.
Lo más destacable: El efecto sorpresa
El Paparazzi
La estatua del fotógrafo espiando desde la esquina pareciera estar queriendo tomar in-fraganti a quienes salen del Bar “El Paparazzi”. By Radko Mačuha.
El señor también saca fotos
El soldado de Napoleón
Acá vale la aclaración que la armada de Napoleón entró a la ciudad dos veces y el mismísimo Napoleón lo hizo tras el armisticio firmado luego de la batalla de Austerlitz. By Juraj Meliš
Las chicas se saben divertir
Schöner Náci
En Bratislava se estilaba caminar por las calles de la ciudad con trajes elegantes y galeras, hacer reverencias a las mujeres y regalarles flores o cantarles. Este es el homenaje a esa tan linda costumbre. By Juraj Meliš
Los chicos también se prenden
Čumil – The water – Man at work
El trabajador mirando desde la alcantarilla. Se llama Cumil y puede que esté descansando después de haber limpiado el alcantarillado o el muy pillo anda mirando debajo de las polleras de las chicas. By Victor Hulik
Y por qué no?
Debo confesar que me encantan las estatuas originales y también sacarme fotos con ellas pero más allá de eso, seriemente recomiendo el paseo por Bratislava aunque sea una tarde de pasada entre lugar y lugar, vale la pena.