El Museo Británico de Londres, además de ser uno de los más antiguos, data de 1753, es uno de los 5 más visitados del planeta. Dependiendo de qué año se haya tomado la medición, siempre el Museo de Louvre está primero lejos en la lista, segundo puede estar el Metropolitan de NYC o el Museo Nacional de Historia en Washington, y por el cuarto o quinto puesto encontramos al Británico, el cual, a mi entender, contiene una de las colecciones de arte e historia antigua más grandes y fabulosas que existen.
El origen de este museo está unida a la vida de físico y naturalista Sir Hans Sloane, dueño de una colección privada de 80 mil artículos entre libros, obras de arte y antigüedades de todo el mundo.
Tras su fallecimiento en 1753, dejó explicitado en su testamento la cesión al Estado Británico de toda su colección para preservación y exposición pública.
La primera ubicación del Museo Británico fue la Casa Montagu, una mansión del siglo XVI que pertenecía al Duque de Montagu, quien la abandonó porque el emplazamiento en el barrio de Bloomsbury, que hoy es el corazón de Londres, le empezó a parecer demasiado “popular”.
De a poco el Museo se llenó de donaciones y adquisiciones y la mansión comenzó a quedar chica.
Para principios del siglo XIX se incorporan una importante colección griega y romana que pertenecían a un embajador Británico en Italia, la colección egipcia como consecuencia directa de la derrota de Francia en la batalla del Nilo, incluyendo a La Piedra Rosetta, y la biblioteca entera del padre del Rey Jorge IV (abuelo de la Reina Victoria)
Para 1857 se terminó de construir el edificio del Museo tal cual lo podemos ver hoy, y se le incorporó la maravillosa Sala de Lectura cuyos volúmenes han sido consultados por casi todos los intelectuales y escritores ingleses y no ingleses lo largo de su historia.
Para la visita hay que saber que el museo está ordenado por departamentos, en la entrada se puede retirar un folleto en el idioma que se prefiera que nos da una orientación precisa de dónde y cómo accder a cada uno.
El folleto es gratis así como la entrada al Museo, por si no se los había mencionado, todos los Museos en Londres son gratis, están financiados por la Corona Británica, pero si tienen alguna librita en el bolsillo y tienen ganas de colaborar, en la entrada hay buzones para donaciones.
Las obras de arte europeas desde la prehistoria hasta la el Renacimiento están en tres departamentos: Antigüedades prehistóricas, Antigüedades Romano-británicas, y Medievales.
El departamento de antigüedades egipcias es uno de los más impresionantes, alberga la segunda colección más grande del mundo después del Museo del Cairo. Acá se encuentra la famosa Piedra Rosetta y un sinnúmero de momias, papiros y sarcófagos.
El departamento de etnografía guarda objetos procedentes de pueblos indígenas de todo el mundo.
El departamento de antigüedades griegas y romanas también es majestuoso, guarda muchas famosas obras de arte y en especial los frisos del templo de Apolo y los mármoles del Partenón.
Aquí, alguna vez les conté, es donde busqué desesperadamente al Discóbolo de Mirón y no lo encontré porque estaba en reparación. Si van ahora seguro tendrán más suerte que yo.
En el departamento de grabados y dibujos podemos encontrar una importante colección de arte gráfico europeo desde el final de la Edad Media hasta nuestros días.
Por último el departamento de antigüedades asiáticas occidentales que alberga obras mesopotámicas que no solo se destacan por lo que son si no por los años que tienen,las más antiguas datan del año 5000 a. C.
Respecto a la enormidad de la cantidad de piezas, unas 7 millones, y sus orígenes, existe una gran controversia que no es exclusiva del Museo Británico pero tal vez es la más evidente.
En criollo dicen “Se robaron todo”.
Varios son los países que le reclaman la restitución de obras, la lista la encabeza Grecia con su reclamo de los frisos y los mármoles del Partenón, es bastante inaudito que todavía estén en Londres, pero la respuesta siempre fue intransigente: por un lado hay una ley del Parlamento que prohíbe la salida de obras de arte del territorio Británico y por otro lado esgrimen que estas obras no existirían de no ser por el cuidado que se les profirió, y que es improbable que hubieran sido resguardadas correctamente en sus países de origen.
Como sea, seguirán los reclamos y no está dicha la última palabra, y en todo caso puedo estar de acuerdo o no y quedarme en la queja, pero prefiero saber que las obras están ahí y que las podemos ver y disfrutar, yo al menos lo disfruté enormemente.
El horario es de 10 a 17:30 hs y los viernes abre hasta las 20:30 hs
Toma de 4 a 5 horas hacer una buena recorrida, pero sepan que pueden salir y volver a entrar tranquilamente, o si están muy cansados y no terminaron la recorrida, pueden volver otro día para terminarla.
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