Este es otro encuentro con una perlita fuera del circuito turístico tradicional: Santa Maria degli Angeli.
En Roma hay iglesias de todo tipo y tamaño que albergan cualquier cantidad de riquezas, tumbas, piezas únicas y obras maestras de arte invaluables, debe ser por eso que me la paso recomendando conocer iglesias en Roma, pero a no alterarse. Esta tiene algo muy especial: Por fuera es muy fea, por dentro es muy linda, pero lo más especial es que la diseñó Miguel Ángel.
Esta iglesia la conocí por un conserje de un hotelcito de la Estación de Termini que me dijo “Acá a la vuelta hay una iglesia de Miguel Angel”. De hecho la iglesia se encuentra en frente de la Plaza de la República y para serles honestos me costó encontrarla porque buscaba una fachada despampanante y no esta fachada rústica, simple y de aspecto descuidado.
Y pegado con esto viene un aprendizaje viajero: Las guías de turismo están muy bien, también las excursiones, pero con los años se aprende que las mejores guías de turismo son los mozos, los conserjes, el tipo de la mesa de al lado y las personas que te ven en una esquina con cara de no saber dónde estás parada, a ellos les debo la mayor riqueza de mi aprendizaje en los viajes.
Volviendo a la iglesia, su nombre es Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires.
Y en algunos lugares también aparece con el agregado de “en las termas de Roma”.
Sucede que el lugar en donde está emplazada la iglesia eran las antiguas termas Dioclecianas, y los mártires a los que se refiere el nombre son los esclavos que murieron en la construcción de dichas termas.
Fue en el año 1560 que el papa Pio VI le pidió a Miguel Ángel que transformara parte de las Termas ya casi en ruinas en una Iglesia.
El interior es sorprendente sobre todo por el contraste con el exterior. Se destacan unos frescos enormes en las paredes y lo primero que sorprende es una gran cantidad de columnas de mármol de diversos colores.
La primer curiosidad que nos ofrece el interior es la Meridiana que trazó Francesco Bianchini sobre diseños de Miguel Ángel en 1703, que indicaba el mediodía y la llegada de los solsticios y los equinoccios, además de funcionar como calendario y reloj.
Funciona así: Los rayos del sol filtran por un orificio situado a la derecha de la ventana que está sobre la entrada de la nave y su luz indica la posición de la estrella polar y la hora exacta de cuando el sol está en el cenit, o sea, el mediodía.
Esta meridiana, inaugurada por el Papa Clemente XI en el año 1702, se usó como guía para todos los relojes de Roma hasta 1846.
La segunda curiosidad del interior de la iglesia es el órgano monumental hecho por Formentelli que fue donado al Papa en el Jubileo del año 2000 y colocado en la Iglesia desde ese momento.
Tiene 5400 tubos y si tienen la suerte, o se fijan en el horario mejor 🙂 lo pueden escuchar sonando. Es tremendamente potente y suena increíble.
La tercer curiosidad en que en el interior hay también un péndulo solar inventado por Galileo y una estatua que lo homenajea.
Sumado a la meridiana solar este péndulo es un encuentro cercano entre Iglesia y ciencia, y estén seguros que encontrar este tipo de cosas en Roma no es habitual.
En síntesis, esta Iglesia es una curiosidad digna de ser vista y no lleva más de 20 o 30 minutos visitarla y la verdad que queda cerca de muchas otras atracciones así que se puede visitar de paso, igual créanme que les va a encantar.
Dejo la dirección exacta para que no se pierdan: Piazza della Repubblica Roma, Via Cernaia 9
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Impresionante, gracias x compartir!
Gracias a vos por leer y compartir la pasión por viajar :)
¡Estuve ahí! Años tratando de saber cómo se llamaba. Fue el último día en Roma, caminábamos para hacer tiempo antes de ir al aeropuerto y nos metieron ahí porque si no, ni noticia. Alucinante lugar. Gracias por publicarlo.