Pequeños lugares: Bled, Eslovenia

En medio de un viaje existen esos pequeños pueblos donde uno debería detenerse un momento para admirar el paisaje, el lugar, la gente y los detalles. Por ahí por sí mismos son pequeños y no ofrecen mucho más que unas horas de visita, pero valen la pena y siempre los vas a recordar.

Un ejemplo de esos pequeños lugares es Bled, en Eslovenia, más conocido por los numerosos wallpapers que hay en la red con su iglesia en medio de una isla en el lago, pero lo bueno es que se puede visitar, que no es inaccesible y está bastante cerca de todo.

No siempre uno visita Eslovenia, pero Austria está a pocos kilómetros y también es fácil acceder desde allí. Si van desde Ljubljana está a apenas 53 km hacia el norte, por autopista tomando la E61 llegan en media hora. Desde Austria, o más bien, desde las ciudades conocidas austríacas es bastante más largo el camino, 240km desde Salzburgo, 218 desde Graz. Desde Italia es más cerca, a 143 Km de Trieste y de paso pasan por Ljubljana para visitar las dos en un mismo día. Es todo tan pequeño que pueden visitar un país completo en un sólo día.

Ahora bien, Bled se fue transformando en un lugar turístico muy visitado en Eslovenia, el pueblo se formó al lado del lago del mismo nombre hace más de mil años, al pie de las montañas Karawank, los Alpes Julianos, y rodeado de bosques frondosos. El lago apenas mide dos kilómetros de largo por uno de ancho con 30 metros de profundidad y en invierno llega a congelarse completamente.

Esto lo hace un lugar ideal para patinar en medio del lago en invierno, así es, todo el lago puede llegar a transformarse en una gran pista de patinaje. Pero no sólo es lindo en invierno, la ubicación y el clima suave lo hizo un lugar ideal para retiro y descanso con varias clínicas y resorts de salud desde el siglo XIX, no sólo hay esquí, además cabalgatas, trekking, golf, pesca, etc.

Lo más llamativo, y por eso mencionaba los wallpapers, es la isla con la iglesia de la Asunción de María, lugar de peregrinaje que hace un milenio era el templo a la diosa eslava Živa, diosa de la fertilidad y el amor. Hoy por hoy en la isla se realizan bodas en las que hay que recorrer los 99 escalones, usualmente el novio cargando a la novia (pobre espalda), además de que cualquiera puede acceder a la isla en bote.

A un lado del lago está el castillo Bled, una subida de unos quince minutos, un castillo estilo Romanesco con parapetos y torres, data del siglo XVII y fue restaurado en los años 50, con una antigua capilla y frescos de la época, un pequeño museo y obviamente cosas medievales. La vista desde allí completa el cuadro. Además se pueden visitar las cuevas de Babji Zob y la cascada Iglica como excursiones del día.

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