Algunos viajeros, sobre todo los más asiduos, son difíciles de impresionar. Ya han visto muchas catedrales y muchos puentes y muchos museos y muchas montañas y mucho de todo y, de alguna manera, algo así me sucede a veces a la hora de evaluar una visita y entonces paso de algunas catedrales y de algunos museos porque pienso que luego de haber visto los más importantes del mundo en su categoría hay poco que me pueda ofrecer algo superador en términos de causarme una gran impresión.
He de decir que he visto mucho paisaje de montaña, y en particular he visitado mucho la zona de los Alpes, pero esta visita a los Dolomita sí que fue algo completamente diferente y emocionante, es por eso que quiero contarles cómo ir y qué se van a encontrar cuando visite los famosos Alpes Dolomitas
En muy pocas palabras son montañas ubicadas al noreste de Italia y forman parte de la cadena de los Alpes. Su nombre se debe a su descubridor, Deodat De Dolomieu, que no es que haya descubierto los Alpes, sino que descubrió en 1791 que estas montañas no tenían la misma composición que el resto de las que conforman la cadena.
Su aspecto, en cambio, está caracterizado por grandes valles verdes y prados desde los que se levantan verticalmente numerosos macizos montañosos, los cuales están formados, y esto es lo que descubrió Dolomieu, por roca caliza de origen marino, en otras palabras, estas montañas que vemos elevarse por cientos de metros, hace 5 millones de años formaron el fondo del mar.
Con esta característica tan especial lo de esperar es lo evidente, estas montañas se erosionan distinto que el resto y eso es lo que las hace tan especiales y distintivas. Las paredes verticales y las agujas simulando quijadas de lobos, los filos y los acantilados nos hacen sentir realmente que estamos en un lugar único e irrepetible.
Para visitar los Dolomitas se puede elegir alguna de las montañas que los conforman, como la Marmolada, el Antelao o el Campanario y acceder desde varios pueblos de la zona.
Luego de averiguar un poquito con la gente del lugar en donde estábamos alojados en Bolzano, lo que más nos recomendaron fue ir hasta Seceda, en Ortisei, queda a una hora en auto, y desde ahí subir por funicular hasta el pico Furchetta.
Hay que llegar hasta el Funicular de Seceda, en via Val d’Anna 2, St. Ortisei. Abre a las 8:30 am. Los tickets se pueden comprar en el lugar sin problema o desde el sitio oficial acá, pero no siempre funciona. El ticket de ida y vuelta sale “un buen poco” dicen los italianos, algo de 36 Euros (precio 2021) pero les aseguro que los vale.
Es posible, si se está muy bien preparado, ascender o descender a pie, pero no lo recomiendo para cualquiera porque allá arriba también hay que caminar bastante y la verdad que llegar cansado a la cima es una lástima porque esa caminata por los filos de la montaña, además de ser hermosa, es de no menos de una hora y media.
En verano y primavera el paisaje es como el de estas fotos que están sacadas en Septiembre, el verde y la piedra se mezclan en pinceladas impresionistas, y si toca un cielo despejado la vista es espectacular. En invierno los prados verdes se cubren de nieve y claro, se convierten en hermosísimas pistas de ski, pero los esquiadores ya saben como ir pertrechados para la montaña, me preocupa más el visitante no acostumbrado a la montaña para poder darle algún consejo que haga que nada arruine el paseo.
El puesto de la montaña cuenta con cafetería, servicios y personal que nos puede dar una mano en cualquier eventualidad, no obstante lleven su bebida porque, como les dije anteriormente, la caminata es larga.
Por favor lleven calzado deportivo, si es de trekking mejor, pero no indispensable.
Vestimenta: allá arriba hacen de 5 a 8 grados menos que en la base siempre, lleven un abrigo adicional. Aunque abajo hagan 25 grados, arriba pueden hacer 15 y con viento.
Lentes de sol y en lo posible protector solar porque, de vuelta, es mucho tiempo de exposición al sol y, además, hay viento y nada que te arruine más un día que arenitas en los ojos.
Si se quiere llevar alguna barra de cereal o frutas secas para reponer energías también es muy buena idea.
Mujeres, no vayan con faldas, de corazón les digo, se las van a poner de sombrero, y lo digo porque lo vi suceder. En realidad el combo que vi era mucho peor, más bien era fatal: una parejita feliz de japoneses, él en ojotas, bermudas y camiseta, se murió de frío. Ella muy instagramer, minifalda blanca, sandalias y capelina! Una muñequita que quedará muy linda en la foto pero qué mal que la pasaron esos dos, pobrecitos. Ochenta mil fotos se sacaron agarrándose la falda, la capelina y pisando huevos entre las piedras, una vez más, lo de los pies es cosa seria, la piedra lastima y corta y el suelo es bastante irregular, de modo que caminando con ojotas o sandalias, un paso en falso y te abres un pié. No hay mucho que pensar.
Lo mismo con ir de bermudas o shorts, en algunos sectores hay vegetación algo alta y bastante dura, te puedes pinchar las piernas con ramas o incluso con piedras, si es posible hay que cubrirse las piernas.
Con estos consejos y no mucho más, es un paseo de lo más hermoso y entretenido y como les contaba al principio de la nota, no importa a cuántas montañas hayas visto y subido, los Dolomitas no se parecen a nada y son de una belleza tan única que es poco probable que no quieras volver.
Hasta pronto!
Ahí les va mi foto Instagramer 🙂
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