Subiendo a la Catedral más alta del mundo: Ulm Münster
Ulm es una pequeña ciudad alemana que difícilmente se visite si no se tiene un motivo muy particular o te quede de paso entre un destino y otro, que es lo que nos pasó a nosotros.
De camino a Stuttgart desde Friedrichshafen, dos ciudades del sur de Alemania separadas por unos 200 km, decidimos hacer una parada en en la ciudad de Ulm para conocer su famosa Catedral y dar una vuelta por la ciudad natal de Albert Einstein, para ser honesta esas eran las dos únicas referencias que teníamos del lugar.
La ciudad es muy pequeña y la mejor forma de recorrerla es a pie, de hecho podría decirse que es un pueblo grande, de unos 130 mil habitantes, pero aunque es pequeña tiene su parte moderna de oficinas y edificios altos, hay que tener en cuenta que es la capital más importante de la Selva Negra, y, por supuesto, también tiene su parte antigua de casas bajas, negocios tradicionales y callecitas típicas alemanas en donde vale la pena perderse y fotografiar cada rincón.
Ulm es una ciudad con mucha historia y algunos lugares muy pintorescos, pero la visita obligada es sin duda la Catedral de Ulm, o Ulm Münster, pues tiene la particularidad de ser la más alta del mundo.
La Catedral que no es Catedral
Inicialmente era católica, pero como muchas de las iglesias en Alemania, luego de la reforma, se convirtió en Luterana, y eso puede notarse en las transformaciones de los ornamentos en su interior.
Dos datos interesantes son el hecho de que en realidad, como nunca residió un obispo allí, no tiene carácter de Catedral, es simplemente una Iglesia aunque se la llame de esa forma, y otro dato es que como le pasó a muchos monumentos e iglesias en la Segunda Guerra, fue bombardeada por los aliados y su reconstrucción estuvo apoyada económicamente por el nacional socialismo, al cual se lo menciona en algunas placas conmemorativas, aunque sin demasiada bulla.
Su interior se puede recorrer de forma gratuita y lo más admirable es el conjunto arquitectónico de la nave, pero lo más interesante de la visita es animarse a subir los 768 escalones en espiral hasta el mirador final ubicado a 143 metros de altura, desde donde, en un día despejado se pueden ver hasta los Alpes.
El ticket para subir sale uno 8 euros y se adquiere allí mismo en una expendedora automática, no hace falta reservar.
El Ascenso
Los primeros 50 metros de ascenso hacia la torre se hacen por dentro y terminan en una sala que es el Museo de la Torre, en el cual hay fotografías de otras catedrales del mundo, se pueden ver las enormes campanas y se puede comprar la monedita conmemorativa de la Catedral (1).
Luego el ascenso se hace por el exterior, por unas escaleras caracol bastante pequeñas en donde ya se puede apreciar el paisaje de Ulm acompañado de las gárgolas que decoran el exterior de la Catedral. Este tramo es de unos 40 metros y al finalizarlo te va a parecer que ya has llegado a la cima, pero no (2).
Hay que entrar en una aguja situada al centro de la estructura para ascender los últimos metros por una escalera caracol más estrecha todavía, hasta llegar al final de la torre en donde se sale a unos balconcitos muy angostos desde donde se tiene la visión de 360 grados de la ciudad (3). Las vistas desde allí arriba son increíbles, sin embargo tengo que advertirles que ese ascenso no es apto para claustrofóbicos ni para gente que le teme a las alturas, además, aviso extra, si hay mucho viento se mueve un poquito, a nosotros nos tocó un día muy ventoso y se sentía un sutil balanceo, pero nada dramático. Vale la pena mil veces.
El Descenso
Primeramente quisiera aconsejarles que hagan la subida en etapas y descansando de a ratos, porque si bien la experiencia es alucinante, es muy cansadora para las piernas. Ahora bien, el descenso es aún más cansador y eso por eso que hago el párrafo aparte.
Recuerden que están bajando en espiral, en un lugar muy pequeño y con escalones más altos de lo que estamos acostumbrados, entonces nos podemos marear, tropezar y se nos pueden entumecer las piernas por el esfuerzo. Cómo nos damos cuenta de que algo está mal? Cuando las piernas se te van solas es que tienes que detenerte. Tengan las manos liberadas de cosas, todo va a la mochila, a los bolsillos o colgando del cuello porque es probable que tengas que ayudarte con las manos agarrándote de las paredes para evitar el mareo.
Con todos estos consejos y a pesar de que se trata de una visita desafiante, repito que vale la pena la experiencia y las vistas desde la torre son espectaculares, anímense y no dejen de hacerlo.
Al terminar la visita pueden ir a uno de los tantos barcitos que están ubicados enfrente a recuperar energías con un sabroso strudel.
Les dejo el video de lo que fue nuestro ascenso y, como notarán, era tan fuerte el viento que hubo que poner subtítulos.
Horarios de la visita a tener en cuenta
de Noviembre a Febrero 09.00 h – 15.45 h
de Abril a Junio 09.00 h – 18.45 h
Marzo y Octubre 09.00 h – 16.45 h