Gran Bazar – Estambul
El famoso Gran Bazar es el mercado más grande de Estambul y uno de los bazares más grandes del mundo.
Tiene algo de 4 mil tiendas en 64 calles o galerías sobre 45 mil metros cuadrados en donde se vende de todo, desde especias hasta alfombras, pasando por joyas, ropa, artesanías de todo tipo y artículos de los más variados, en realidad es más facil pensar en lo que “no” se vende en el Gran Bazar, porque si no lo tienen ahí seguro que te lo consiguen.
El paseo por el Gran Bazar es una visita obligada por sus características y por su historia que se remonta a la Caída del Imperio Romano de Occidente en manos de los Turcos en 1453, fin de la Edad Media, si señores, cuando estás en Estambul estás parado arriba de Constantinopla, de hecho todavía se conservan muy bien las murallas romanas.
Para el año 1461 los turcos se ordenaron comercialmente el sultán de turno ordenó la construcción del Gran Bazar y se distribuyeron sus calles por rubros. Todavía conservan un orden según tipo de producto, no muy estricto pero está.
Y así fue como se estableció el Gran Bazar como centro comercial del Imperio Otomano, quien era parte de la gran Ruta de la Seda que comunicaba comercialmente China con Europa, en definitiva, el Gran Bazar vale por la importancia comercial que tuvo en varias e importantísimas civilizaciones.
Hasta acá el paseo es impactante y no hay que perdérselo por nada del mundo, lo que nos espera siendo turistas una vez adentro es la otra cara del Gran Bazar.
Lo voy a poner en mis propias palabras, yo volví de Turquía diciendo que “lo mejor de Turquía es Turquía y lo peor son los Turcos”
Dentro del Gran Bazar los turistas son abordados de una forma agobiante por los vendedores en todos los idiomas conocidos.
A los gritos diciéndote precios, persiguiéndote, ofreciéndote todo tipo de mercadería, incluso invitándote a tomar un té o comer unas confituras en el local, los turcos no ahorran en estrategias para llevarte adentro de un negocio, no tienen límites y uno no quiere ser maleducado pero ellos en su sofocante búsqueda de venderte algo, son los más maleducados del mundo.
Cuenta la leyenda que todo se puede regatear, miren cómo me río…si muchos me van a decir “Pero yo regateé y me llevé una lámpara a 20 dólares” Si? Qué suerte, te la ofrecieron a 200 y la sacaste por 20, pero valía 3. Acaso piensan que pueden sacar ventaja de un turco? No lo intenten porque salen desplumados.
Y acá abro dos caminos, el primero es el de la lógica sana y el consejo: Todo lo que se vende en el Gran Bazar, también se vende fuera, a menos de 2 cuadras, y muchísimo más barato.
El segundo es el de la trampa comercial a tener en cuenta acá y en todas partes:
El problema de los lugares tipo ferias o bazares donde “se puede regatear” es que no hay más precio de referencia que el que te dice el vendedor en primera instancia, por ejemplo “la lámpara sale 200” Quién dice? En dónde? Contra qué compramos? Qué costo y qué valor le estimamos a la lámpara? Ni idea, no?
Pero el turista canchero va más allá y dice “te pago 20”, una cosa que capaz ni siquiera tenías ganas de comprar, y el turco te cierra el trato mientras salta en una pata porque la lámpara en realidad vale 3.
Una compañera de tour, una brasileña, volvió re contenta con una carterita “Chanel 2.55” recontra mil trucha diciendo que valía 250 dólares y la sacó a 80 ….pobrecita mi vida, la mataron.
En una fábrica de alfombras turcas nos dijeron textual “Esta alfombra en el mercado vale 9 mil euros, yo se las dejo en 3 mil”
Se podrán imaginar que escupí el té que tan amablemente me habían ofrecido y no me reí a carcajadas porque me dio vergüenza.
Conclusión, recorran y disfruten del paseo porque es muy lindo, saquen fotos y diviértanse, pero jamás, por más tentador que parezca, se les ocurra comprar algo dentro del Gran Bazar, me explico? Turco always wins.
Después no digan que no les avisé.
