Un día en Venecia
Soy de las que cada vez que engancho la película “El Turista” me la quedo viendo y no porque la película sea buena, solamente para ver Venecia otra vez.
Venecia tiene la particularidad de no poder ser comparada con otra ciudad, tiene un diseño urbano tan característico que no existe ciudad en el mundo con cual compararla y junto con eso trae un encanto único que la hace inolvidable.
Recién en el segundo viaje que hice por Italia tuve la oportunidad de conocer Venecia por un día, en el anterior estaba con los tiempos muy encajados en un esquema y no me permitió moverme ni un día.
Lo bueno de Venecia es que está a un tren de poco menos de dos horas desde Florencia y algo más de 3 horas desde Roma, con lo cual permite una ida y vuelta en el día. Eso fue lo que hicimos desde Florencia, cargamos unas pocas cosas en la mochila y salimos temprano.
Venecia está compuesta por 118 islas que forman 150 canales unidos por 445 puentes.
Los canales son las “calles” de Venecia, en donde la avenida principal es el Gran Canal que además de ser el más grande también tiene más tráfico de todo tipo de embarcaciones.
Se llega a la estación Venezia Santa Lucía y desde allí el transporte es únicamente acuático, el transporte público es conocidos como los vaporettos, luego hay embarcaciones privadas, taxis y las famosísimas Góndolas. Los taxis son caros y un paseo en Góndola puede salir algo de 100 euros la hora, romantiquísimo pero bastante salado, algunos negocian el precio pero por ahí anda.
La historia de Venecia es extensa y muy rica en cuanto al patrimonio artístico y cultural, como siempre, recomiendo leer un poquito del tema antes de ir, pueden aprovechar las 2 horitas del viaje para interiorizarse.
Marquen puntos de interés y lugares que les atraigan en particular y armen un pequeño circuito, Venecia se puede recorrer a pie tranquilamente y les aseguro que se disfruta hasta el último paso.
También hay mucha literatura que refiere a Venecia, creo que eso es una de las cosas que nos acercó esta ciudad desde que somos chicos: cómo no saber quien era Casanova o el Moro de Venecia, “Otelo” de Shakespeare?
Venecia y su magia siempre estuvieron a un libro de distancia, también su famoso y tradicional carnaval, impresionante por la producción y participación de toda la ciudad y los bailes de máscaras tan célebres.
Nosotros llegamos y desde la estación tomamos el vaporetto hasta la Plaza San Marcos, uno de los puntos de interés más importante, y desde allí comenzamos el recorrido a pie por las islas y puentes, parando cada vez que queríamos, desviando la ruta y retomando para ir volviendo lentamente hasta la estación.
En nuestro camino visitamos algunos Palazzos, algunas iglesias, almorzamos, tomamos fotos, tomamos café, seguimos caminando, visitamos ferias y negocios de todo tipo, desde gastronomía hasta decoración, donde son muy famosos los cristales de Murano, pero ojo que hay algunos lugares que dicen que venden cristal de Murano y son truchos y por otro lado lo que se compren de cristal hay que transportarlo y debería poder llegar entero.
También fuimos a varios puentes de los “famosos”. El más famoso de todos es el del Rialto que durante mucho tiempo fue el único paso entre las dos orillas del Gran Canal.
Hoy es el más visitado no porque el puente en sí sea particularmente bello, de hecho está un poco descuidado y con algunas pintadas, lo que tiene de espectacular es la vista privilegiada del Gran Canal desde el puente, desde alí van a poder tomar unas fotografías fantásticas, eso sí, siempre hay muchísima gente, así que hay que armarse de paciencia para obtener un lugar para tomar una foto.
Finalmente llegamos a la estación alrededor de las 7 de la tarde y desde allí tomamos el tren a Florencia. Pasamos un día maravilloso, terminamos bien cansados pero felices.
Increíblemente, o no tanto, me encontré con gente que la pasó mal en Venecia o que no le gustó para nada y me mencionaron estos factores:
Había olor a podrido insoportable.
Estaba todo sucio.
Llovió todo el día y la pasamos mal.
Nos morimos de calor
El agua estaba muy arriba y había muchas cosas inundadas.
A mi por suerte no me pasó nada de eso y elegimos un día de sol formidable con una temperatura ideal, como siempre digo, no puedo vivir ni contar desde la experiencia de otros ni para bien ni para mal, y también me ha pasado de encontrar insípida una ciudad que es muy ponderada por otros, pero esto también pasa.
Yo no les puedo decir otra cosa más que amé Venecia, me fascinó, volvería y me quedaría un par de días para conocerla y disfrutarla un poco más y no tengo mucho más para agregar, sin duda para mi Venecia es la definición de la palabra “Extraordinario”.