Las Maravillas argentinas son para los otros
Hace unos pocos días un lector que vive en Europa me consultó acerca de cómo visitar las Cataratas del Iguazú, supuso que al ser Argentina tengo todos los destinos locales visitados. Le contesté muy a mi pesar que no las conozco.
El no se sorprendió con mi respuesta y me contestó “No encuentro muchos argentinos que haya ido pero si que quieren ir”.
Con esa respuesta la sorprendida fui yo, y me puse a pensar que no solamente no conozco las Cataratas, tampoco el Calafate, ni fui a ver al Glaciar Perito Moreno, ni a la Quebrada de Humahuaca, ni me subí al Tren de las Nubes, ni conozco el Valle de La Luna, y no es porque no quiera, me encantaría, pero algo pasa con el turismo interno que nos estamos fallando a nosotros mismos.
Entonces me puse a encuestar (informalmente) a amigos, colegas y profesionales ligados al turismo y a algunos otros argentinos que como yo simplemente disfrutan de viajar adonde sea que fuere, qué pensaban al respecto del turismo interno y si ellos mismos habían visitado alguna vez estos destinos imperdibles de Argentina, por qué sí y por qué no.
Resultado de conocimiento sobre 20 casos:
- 10 no habían ido a ninguno de esos destinos nunca pero tenían muchas ganas de conocerlos.
- 7 conocían las Cataratas
- 2 conocían El Calafate y el Glaciar Perito Moreno
- 2 conocían El Valle de La Luna
- 1 conocía la Quebrada de Humahuaca
- 4 conocían Salta pero no se habían subido al Tren de las Nubes
Está clarísimo que mi pequeña encuesta no pondera por ningún lado pero me sirvió mucho cuando hablamos de los porqués y lo más lindo es que me dijeron “no conozco tal destino pero si tal otro” y acá arrasaron los destinos con nieve y también Córdoba y Mendoza en general y por distintos motivos, quiere decir que tan mal no estamos.
Volviendo a los “porqués” el primer tema que aparece es el monetario.
En comparación con destinos en el exterior, y sacando los impuestos coyunturales, no hay mucha diferencia con ir a otro lugar de sudamérica, llámese Brasil, Chile o Uruguay, pero si es así, por qué elegimos ir a otro país?
La respuesta general fue “Porque acá puedo ir en cualquier momento”
Si, pero con esa premisa no vamos nunca!
Además de lo referente al viaje también está lo que cuesta comida y excursiones y acá descubrí un problema ligado a otro.
Los precios de los destinos Argentinos más populares internacionalmente, y vuelvo a las Cataratas como ejemplo y la Patagonia no se salva, tienen servicios y comida a precio dólar pensando en el turista que viene con divisas, esto es, para un argentino resulta caro y la sensación es que te están robando en tu propio país. Y lo que se desprende de esto es que la atención a los turistas argentinos, que gastamos menos plata, es notablemente inferior.
Mi plata no vale? No, al menos es lo que te hacen sentir.
Esta también fue un tema recurrente, en esos destinos se prioriza atender al extranjero, se le dan mejores atenciones y servicios diferenciales, todo sea para ver si se le cae alguna moneda. Esto es real, se nota y es lamentable.
“Todo sea para que el turista vuelva”, pero la verdad que el alemán está a 14 mil kilómetros y yo estoy a dos horas de avión, quién se supone que tiene más chances de volver?
Bueno, aparentemente no importa, y acá tenemos una materia que rendir y linkeo con el tercer tema sobre la mesa: El factor humano
“Un paisaje no hace al lugar, al lugar lo hace la gente”
No sé si estoy 100% de acuerdo, quizás 70% de acuerdo pero si, lo que me dijeron es básicamente “en mis vacaciones no quiero ver argentinos”
Ah bueno!
Qué puntualmente molesta?
“No quiero estar cerca de un argentino en mis vacaciones porque ya los tengo que soportar todo el año, incluso si estoy en el exterior y escucho a un argentino me voy para otro lado”.
Esto habla mal de nosotros, pero que hable mal no significa que no sea cierto en parte, y no hace falta estar de vacaciones para notarlo, nos tratamos bastante irrespetuosamente todo el año.
Por último y no menos importante todos mencionaron al menos algún problema estructural, desde el estado de las rutas, los accesos a los lugares de interés, las administraciones locales, los servicios en las zonas desde wi fi hasta una farmacia cerca, el agua, la luz, el gas, servicios médicos y de asistencia en general, todo parece ser precario o poco preparado para recibir al visitante.
Entonces repasando, como anfitriones y dueños de casa hay que atender urgentemente los problemas estructurales si queremos promover el turismo interno, además tenemos mucho para mejorar, arrancando con que no podemos dejarle al turista la sensación de estar siendo robado, luego el servicio, no tienen que haber diferencias porque tenés euros o pesos, y por último darle la importancia que merece a mejorar la hospitalidad y la convivencia.
Por otro lado como turistas deberíamos dejar de postergar a nuestras maravillas pensando que porque están cerca podemos ir mañana, y no, deberíamos pensarlo como cualquier otro viaje porque ya vemos que en la práctica no vamos mañana ni nunca.
No es tarea fácil porque no hay un solo factor de peso en esta composición entre la relación de nosotros con los otros y con el lugar.
Hay mucho que trabajar y no quiero adelantar conclusiones, prefiero dejarlo para la reflexión general.
Quizás sea un punto de partida para empezar a repensar nuestro país para nosotros.