Paseando por Portofino
Portofino es un pequeñísimo pueblo costero de la Liguria Italiana situado en la Provincia de Génova. Fue nombrado por el Imperio Romano como Portus Delphini ya que aparentemente había muchos delfines, yo no vi ni uno. Tiene 2,6 km2 y no mucho más de 600 portofineses. Pese a eso lo habrán sentido nombrar más de una vez y hay motivos.
Portofino es famoso por su pintoresco puerto, por ser el sitio de vacaciones de muchas celebridades y tener un carácter de exclusividad y lujo.
Ni tanto de uno ni tan poco de lo otro.
Todo el pueblito está enclavado alrededor del puerto, y su arquitectura genovesa tan característica y las casitas de colores hacen que el paisaje sea encantador, no solo pintoresco.
Todo acá es una postal.
Respecto de lo caro y exclusivo, si, alojarse en Portofino es realmente caro y por la calle principal, que no tiene más de 3 cuadras, se encuentran las tiendas de las marcas más caras del mundo.
Nosotros elegimos hospedarnos en Santa Margarita de Ligure, que está a solo 3 km y desde donde se llega en bus que salen cada 20 minutos del centro.
Alojarse en Santa Margarita es muy estratégico porque te permite ir para el norte hacia Portofino o ir hacia el sur hacia Cinque Terre, de la cual ya les contaré en detalle, y además es mucho más accesible que cualquiera de esos pueblos y tiene un carácter de ciudad pequeña, más animada y con más oferta de todo.
Si me preguntan qué hay para ver en Portofino les diré que el paisaje desde todos sus ángulos, hay un par de iglesias que se pueden visitar, obvio es Italia, pero solo por la curiosidad, no hay nada destacable.
También está el Castello Brown al que se puede acceder desde el puerto por un camino que asciende hasta el Castillo y que lo mejor que tiene es el camino que lleva al Castillo, lo juro.
Desde ese camino se pueden tener las mejores vistas de la bahía, del puerto y del pueblo, es absolutamente hermoso, y hay bancos situados en el camino para que el visitante pueda simplemente sentarse a ver el paisaje.
En la marina hay un bolichito al lado del otro, todos muy parecidos y todos con vista al puerto, tienen una oferta variada con un perfil italiano, claro, y los precios no son un escándalo, son pagables, después de todo estás en Portofino.
Con una tarde alcanza y sobra para recorrerlo entero, para sacar infinidad de fotos y para tomarse algo mirando los veleros. Tuvimos el plus de estar en la llegada de la Regata Rolex (todo muy top!) y poder hablar un poco con el equipo Español, la verdad que esos veleros, esos que se ven en la foto de acá abajo, son alucinantes.
Cosas a tener en cuenta: el calor, el sol, llevar calzado cómodo, una botellita de agua, protector solar y sobre todo muchas ganas de sacar las mejores fotos de tu viaje.