Recorriendo Brujas como en un cuento de hadas
Hace unos 12 años, una compañera trajo a la oficina las fotos de su luna de miel, obviamente impresas y ordenadas en unos 7 ú 8 álbumes de 36.
Era la típica recorrida a los trapazos por 25 ciudades europeas en 15 días, muy lindo todo, si.
En algún momento escribiré al respecto de este tipo de tours con los cuales, por supuesto, no comulgo ni un poco.
Alguna de las ciudades que mostraban las fotos las conocía o reconocía, y una serie de fotos en particular me llamó la atención por encima de todas y le pregunté de qué ciudad se trataba y me dijo : “Ahhh eso es Brujas, es como salida de un cuento”.
Evidentemente era una ciudad muy diferente y de la cual yo no tenía ninguna referencia, así que volví a ver las fotos con mayor detenimiento y quede absolutamente cautivada, tanto que me prometí conocerla en “cuanto pudiera”.
Desde ese día pasaron 8 años hasta que “pude”, y me encontré en Brujas.
Bruges en inglés, Brugge en holandés o flamenco, Bruges en francés, Brügge en alemán y Brujas en español es una ciudad de Bélgica.
Es capital de Flandes Occidental y está situada a algo menos de 100 km de Bruselas
En flamenco Brug significa “puente” (me suena parecido a Bridge) y la ciudad fue nombrada en plural por la cantidad de puentes y canales que existen en ella, así que la ciudad en realidad se llama “Puentes”.
Lo más lindo de Brujas es Brujas y su casco histórico lleno de arquitectura medieval está increíblemente bien conservado y en algunos casos reconstruido, como ya sabemos, por acá pasaron varias guerras, y es además una de las ciudades turísticas más valoradas por los europeos.
Su historia es muy interesante y vale la pena leer un poco antes de conocerla.
Es ciudad desde el siglo IX y fue muy próspera mientras estuvo bajo el patronazgo de Flandes.
En 1297 se incorpora al Reino de Francia y a los brujenses no les gustó para nada la idea.
La resistencia se organizó para aniquilar a todo francés que estuviera en la ciudad y Felipe IV de Francia ordenó también aniquilar a los insurrectos, imaginen la matanza. Finalmente, para bien o para mal, no pudieron doblegar a los brujenses.
Todo su esplendor y prosperidad se perdieron durante los siglos XIV al XIX y a partir del 1900 surge como centro turístico para los adinerados europeos.
Es aquí cuando la ciudad decide poner toda su energía en acondicionar la ciudad y poder hacerla relucir nuevamente mediante la restauración de las casas, comercios y monumentos históricos.
Así luce hoy, bellísima e increíblemente bien conservada. Con sus casitas de estilo medieval sus callejuelas enroscadas y la enorme cantidad de puentes y canales que cruzan la ciudad y le dan un aspecto super romántico o como decía mi compañera “salida de cuento”.
Brujas está preparada para el turismo y todo está al servicio de ello.
Casi todos se desplazan en bicicletas porque es mucho más cómodo y la gente es muy amable y tranquila.
Desde Brujas se pueden hacer dos paseos muy interesante, uno a Gantes que está a 39 km, y el otro a Damme que está a 7 km y se puede hacer en bici.
De Brujas tengo hermosos recuerdos y particularmente uno imborrable que ya les contó Fabio acá.
Me quedo sobre todo con la imagen de una ciudad hermosa y apacible a la cual querría volver sin duda “en cuanto pueda”.