Una guitarra y un amor

Esta es otra de las historias que me llegan de casualidad y me encanta compartir, es la historia de amor de Pedro Ureta y su esposa Graciela.

Ellos se conocieron en la década del 60, él tenía 28 años y ella 17, se enamoraron profundamente y decidieron vivir el resto de la vida juntos.

Graciela era incansable, siempre activa y llena de proyectos, Pedro venía de una familia tradicional de campo en Argentina, tenía un perfil bohemio, le gustaba el arte y se tentaba con historias revolucionarias.

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Un día durante un vuelo sobre la llanura pampeana, Graciela vio una campo que desde el aire parecía un balde y se le ocurrió que podría diseñar la finca familiar en forma de guitarra ya que amaba ese instrumento.

Pedro le dijo que en ese momento él estaba muy ocupado que lo pensaría después, sin saber que para Graciela no habría un después.

Fruto de su amor  tuvieron cuatro hijos, y para el año 77 Graciela de 25 años, que estaba esperando al quinto, fallece a causa de un aneurisma. Fue un golpe durísimo para Pedro que a pesar del inmenso dolor tuvo que salir adelante con la crianza de sus cuatro hijos.

Unos años después y sin haber perdido nada de ese amor para toda la vida, Pedro decide hacer realidad el sueño de Graciela y diseñar la estancia en forma de guitarra.

Para semejante tarea consultó a algunos paisajistas que no terminaron de comprender el proyecto y es por eso que Pedro decidió finalmente hacerlo solo, con ayuda de sus hijos.

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Luego de mucho tiempo y esfuerzo, a pesar de los vientos, las sequías y de los animales que no colaboraron demasiado al crecimiento de los árboles, el sueño de Graciela se hizo realidad.

La estancia está en General Levalle, al sur de la Provincia de Córdoba, la guitarra mide un kilómetro y está diseñada con 7 mil árboles, la  mayor parte, el cuerpo y la boca en forma de estrella, está hecha de cipreses y las cuerdas azules son de eucaliptos.

Pedro que hoy tiene alrededor de 73 años, nunca vio la guitarra desde el cielo ya que tiene miedo a volar y lamentablemente solo pudo verla por fotos.

Quienes se deleitan a diario con este homenaje, obra de arte e historia de amor, son los pilotos de línea que cuentan que les resulta impresionante ver el diseño tan cuidado y que no han visto nada parecido ni tan bien ejecutado.

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En Google Maps

Así termina esta historia de amor que no terminó nunca.

Este es el recuerdo de Graciela y el amor de Pedro.

Como lo prometieron. Para toda la vida.

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