Supersticiones en la mesa de los Argentinos
Si cree que los argentinos no son supersticiosos, entonces siéntese a su mesa y descubrirá una serie de ritos y costumbres que solo pueden entenderse a través de algunas supersticiones, dichos y ritos populares que datan de tiempos que nadie recuerda y que incluso, en algunos casos, se desconoce su origen.
Nos sentaremos a la mesa pero no podemos ser 13 comensales, pues trae mala suerte.
13 eran los comensales de la última cena y ya sabemos cómo terminó eso, así que la opción es invitar a uno menos o a uno más, nunca 13.
Cuando nos sentamos procuramos no apoyar la cartera en el piso porque se nos va la plata, siempre tiene que colgar, incluso algunas personas no apoyan la cartera, billetera o plata sobre la cama porque eso puede ser fuente de desgracias varias.
La sal es uno de los elementos sobre el cual rondan la mayor cantidad de supersticiones y ritos. Nunca jamás se pasa de mano en mano, se apoya en la mesa. Esto data de los antiguos pueblos que utilizaban a la sal como forma de pago, entonces para evitar disputas si se caía al sal al piso, se dejaba apoyada sobre una mesa y luego el otro lo tomaba.
Si la sal se derrama es indicio de mala suerte, algunos dicen que la sal la derrama el diablo, así que debe tomarse un poco de la sal derramada con un cuchillo y arrojarla por encima del hombro izquierdo a la vez que se dice “Diablo toma lo tuyo y vete a la pqtp”.
Al terminar de comer, cuando posamos los cubiertos sobre el plato, de ninguna manera tienen que cruzarse porque eso significa que habrá una disputa entre los comensales.
Si se llega a derramar vino o alguna otra bebida alcohólica eso es alegría y buena suerte. Normalmente otro comensal se apurará a mojarse el dedo en la bebida derramada y se lo pasará por la frente a quien derramó el vino augurándole muy buena fortuna.
Si hablamos de bebidas hay que tener cuidado al brindar. Es de muy mala suerte y te augura mal sexo brindar con la mano derecha, así que siempre lo haremos con la izquierda y por supuesto mirando a los ojos a la persona con la cual se brinda, de otra forma los deseos no son verdaderos ni genuinos.
Siempre hay que tomar al menos un sorbo cuando se brinda, de otra forma da mala suerte. Esto viene de los tiempos en donde se envenenaba la comida la bebida y todos los presentes debían tomar, de otra forma era altamente sospechoso. Y por supuesto que de ninguna manera se puede brindar con agua o con vasos de plástico, eso es de muy mala suerte (y mal gusto).
Si es 29 del mes entonces lo más probable es que se coman ñoquis pues eso trae fortuna por 30 días. Debajo del plato se pone un billete o monedas que representan a la fortuna que se multiplicará en los días venideros.
Si de casualidad cuando nos sirven la comida en el plato hay una hoja de laurel entonces tendremos mucha suerte. Algunos dicen también que al que le toca el laurel debe lavar los platos, lo que no es nada afortunado.
Si la cena consta de pollo hay un ritual que nunca falta: romper el huesito dulce o huesito de la suerte.
Técnicamente es el hueso que une las dos clavículas del pollo y que tiene forma de horqueta. El ritual consta de que dos comensales tiren de cada una de las clavículas, y quien se queda con el huesito que las une tendrá muchísima suerte. Quien no lo ha hecho?
Si vamos a un clumpleaños, el cumpleañero tiene que apagar las velas de la torta de un solo soplido, de lo contrario no se cumplen sus deseos.
Si en cambio es una cena de Navidad se despliegan una enorme cantidad de rituales, uno de ellos es comer 12 pasas de uva a las 12 de la noche subido arriba de una silla. Esto garantiza un año entero de felicidad. Quien crea que a la medianoche de Navidad está en condiciones de pararse arriba de una silla, que lo haga.
Por último, el pan que sobró de la cena y ya se puso viejo no se puede tirar sin antes darle un beso, de lo contrario uno está siendo desagradecido al tirar la comida y Dios lo puede castigar.
La yapa de rituales con comida
Dicen que comer ajo hace bien, pero tener una ristra de ajo colgada en tu casa aleja a todos los males, las envidias y las malas ondas.
El arroz es delicioso pero a los recién casados se les arroja arroz para desear riqueza, abundancia y muchos hijos.
Así es la mesa de los argentinos, llena de rituales y tradiciones. Uno puede pensar que en algunos casos es exagerado o queda poco ortodoxo o protocolar tener estas creencias, pero les aseguro que no importa ni la clase social ni el ámbito en el que se desarrolle la comida, estos rituales aparecen y se ponen de manifiesto todos los días en cada mesa argentina.