Mi experiencia por Sintra, Cascais y Palacio da Pena

Cerca de Lisboa, en Portugal, hay un lugar cuya belleza hace que merezca la pena tomarse el tiempo para visitar: Sintra. Es un pequeño poblado a pocos minutos de la capital lusitana el cual está lleno de magia, historia y varios palacios y jardines que no podemos dejar de visitar.

Para nosotros fue la primera vez en Lisboa y primera vez en Portugal. Deseaba conocer este país desde hacía varios años, ya que siempre me pareció un destino lleno de encanto y con una historia y cultura fascinante, pero al no conocerlo con anterioridad, mis referencias no eran muy sólidas, es por eso por lo que, para poder hacer esta visita de forma más completa y relajada, reservamos una excursión en Tuexperiencia.com , que incluía la visita a Sintra, el Palacio da Pena, y a las ciudades de Cascais y Estoril. Vale remarcar que Tuexperiencia.com es un sitio que ofrece muchísimas alternativas, no solo en Portugal, sino en toda Europa y también en Asia y América.

Nuestra excursión  a Sintra partió desde Lisboa, por donde nos pasaron a buscar por un hotel muy cercano a nuestro alojamiento, y el destino principal era la visita al Palacio da Pena en Sintra. Una vez allí, luego de disfrutar un viaje con bellísimos paisajes, vimos que el acceso al Palacio era un poco complejo debido la cantidad de visitantes, por lo que es recomendable reservar un tour, además de que el camino de acceso es sinuoso y estrecho, y realmente el hecho de que maneje una persona con conocimiento y experiencia, nos deja mucho más tranquilos. De todos modos, uno puede ir por su cuenta y si se va temprano se puede entrar entre los primeros.

Una vez llegados a la entrada hay un bus que te lleva por un empinado caminito hasta el Palacio, se puede hacer caminando también (recomendado para la vuelta), y en pocos minutos llegamos a la entrada de un extraño y exótico Palacio.

Hay varias razones para que sea tan particular y colorido, fue construido en 1836 a pedido del príncipe Fernando II, esposo de la reina María II de Portugal, quien se había enamorado de Sintra al visitarla y decidió construir sobre un derruido monasterio (víctima del terremoto de 1755) un nuevo Palacio.

Pero la idea no era un típico castillo o palacete, sino que buscó combinar estilos desde un punto de vista totalmente[MOU8]  romántico. En el mismo podemos encontrar elementos neogóticos hasta neumanuelino, columnas neoislámicas a partes neorrenacentistas y hasta un poco de arquitectura colonial, todo eso era exótico para el siglo XIX así que Fernando II creó un Palacio sin igual en el mundo.

En cierta medida recuerda un poco a la historia de la creación de Neuschwainstein de Ludwig II, donde la fantasía del noble termina creando un lugar que muchos años después destaca por lo diferente que es.

La recorrida nos llevó por dentro del Palacio donde las habitaciones reales conservan muebles, espacios, hasta vajilla y adornos de todo tipo. Como sucede en muchos de estos Palacios, y para proteger la pintura original, no se permite fotografía por dentro, solo en los patios y las terrazas. El flash, que muchos turistas olvidan apagar, es la causa principal del deterioro de obras así que sencillamente te lo prohíben.

Tengan en cuenta que es un lugar que se llena con mucha gente así que el día elegido es importante, preferentemente que esté soleado y si es por la tarde o por la mañana, es una elección personal. Un dato importante es que en el lugar hay aseos y un bar para descansar un poco y beber algo.

Como podrán ver en las imágenes, se trata de un lugar muy fotogénico ya que tanto las formas como los colores de las paredes, tan brillantes, dan mucha vida a la escena.

Luego de recorrer todo el Palacio, y siguiendo con la excursión en español, el bus nos llevo a visitar el centro histórico de Sintra para caminar un poco. Habría que dedicarle un día entero porque hay otras visitas relevantes para hacer, pero nosotros íbamos a continuar hacia Lisboa no sin antes conocer Cascais.

Cascais es un pequeño lugar costero ideal para el veraneo sin irse muy lejos de la ciudad. Muchos lugares para comer, playas, puerto, veleros y, si Sintra era el retiro de descanso de la familia real portuguesa, aquí es donde pasaba sus días de playa. Vale la pena la visita para recorrer la marina y sus callejuelas coloridas.

En los años 30, Cascais era el lugar elegido de las clases altas junto a Estoril, que es la playa que visitamos a continuación, y que refleja ese pasado de elite y ese espíritu tranquilo y exclusivo, un lugar que, por ejemplo, sirvió de refugio para la casa real española de los Borbones. Obviamente cerca de aquí está el famoso Casino de Estoril por donde pasamos rápidamente.

La vuelta a Lisboa resultó de lo más tranquila y lo bueno de estas excursiones en donde uno va más contenido, sin tanta tensión y sobre todo maneja otra persona, es que uno no queda cansado por más que haya hecho un montón de cosas, y el resto del día que nos queda se puede aprovechar perfectamente para hacer cualquier otra actividad.

Otro aspecto para destacar de la excursión es la amabilidad y la profesionalidad de la guía, quien demostró tener un amplio conocimiento del lugar y en todo momento estuvo al pendiente del grupo, de responder a nuestras preguntas y de velar por la seguridad de todos. Tan bueno resultó nuestro tour que en el mismo viaje volvimos a tomar una excursión con Tuexperiencia.com  desde Madrid , esta vez tomamos la excursión Avila Segovia y el  Escorial.

Me encantó este paseo, realmente tenía mucha expectativa con esta visita porque había visto fotos y notas en revistas y sitios de viajes que habían alimentado mis ganas de conocerlo y, verdaderamente mis expectativas fueron superadas con creces. Me enamoré de las terrazas del Palacio da Pena, de la marina de Cascais y de la historia de Portugal en general, y seguramente volveré a Lisboa porque me quedaron muchas cosas para ver y hacer, ya que la oferta de lugares hermosos y de gran riqueza cultural es realmente enorme.

Últimos tips

Llevar calzado deportivo y ropa cómoda preferentemente.

En los meses de verano llevar una botellita de agua, sombrero y protección solar.

¡Las baterías cargadas y muchas ganas de sacar fotos!

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