Peligro: Insoportables niños a bordo

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En muchas publicaciones dedicadas a los infantes podemos encontrar consejos para viajar en avión con niños, pues no es un tema menor y genera en los padres muchas dudas y temores, desde el dolor de oídos por el cambio de presión, pasando por mareos y malestares varios  hasta cómo mantenerlos entretenidos.

Para estas y otras cosas se tienen que preparar los padres a la hora de encarar un viaje con niños y la verdad que cuentan con la ayuda de médicos y psicopedagogos que les pueden dar una buena mano.

Ahora bien, cómo se prepara el que NO lleva niños para compartir 8 o 12 horas encerrados en un avión con niños ajenos? Quién te ayuda?

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De esto no hay mucho escrito.

He tenido experiencias de todo tipo, con niños buenos y con niños imposibles, lo peor es que los casos imposibles eran niños bastante grandulones, pero en todos los casos son niños.

Si tengo que medir a los niños con mi propia bara, están aquellos que no se los siente o que lloran un ratito o hablan y después se duermen y los otros, los insoportables.

Los primeros son candidatos a recibir una felicitación al final del viaje por parte de la tripulación y otros pasajeros vecinos. He visto y he felicitado a alguna madre por el buen comportamiento de su niño y me lo han agradecido con cara de alivio e incredulidad. Capaz que ni ella se esperaba el buen comportamiento de la criatura.

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Los otros son los imposibles, niños que lloran 5 horas ininterrumpidas, que hablan incansablemente y preguntan “por que? porqué?” a todo, los que tienen algún capricho imposible de cumplir en pleno vuelo, por ejemplo quiere algo que está en la valija despachada, los que corren por los pasillos, los que tienen un jueguito electrónico con sonido, los que se pelean con el hermanito y nunca falta el que te patea el asiento.

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En esos casos imposibles, no importa la cara de odio que le pongas a la madre o padre o al propio niño ni las veces que resoples y le claves la mirada como un búho a medianoche, nada va a cambiar para mejor y posiblemente empeore con el correr de las horas.

Hay dos cosas ciertas que hay que considerar: Las primeras víctimas de los insoportables son los propios padres, y me encantaría tenerles compasión pero no puedo simplemente porque la segunda cosa cierta es que las segundas víctimas somos todos los demás.

Acá hay una sola teoría posible. Si no puedes contra ellos, evítalos.

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Las instancias para evitar niños en un vuelo no son muchas, puedo decir que no son más de 2 ó 3 pero vale la pena ponerles foco si se quiere tener un vuelo libre de berreos.

Primera instancia: el check in. Sin ningún tipo de vergüenza le pueden consultar al empleado de mostrador, qué cantidad de niños hay a bordo y qué ubicaciones tienen o simplemente pedirle un asiento lejos de cualquier menor.

Tener en cuenta que los padres de niños pequeños suelen hacer el check in temprano para asegurarse los asientos con más espacio que son los centrales de las hileras de las salidas de emergencias.

Paradójicamente los asientos de las salidas de emergencia propiamente dicho son, por lo espaciosos, los mejores del avión  siempre y cuando no tengas toda la hilera central llena de bebés.

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Con hacer la consulta y ubicarnos lejos de los niños ya registrados y confirmando la edad de los pasajeros a tu alrededor, estaríamos bien, pero siempre hay una familia que llega tarde o alguien que cambia de asiento.

Si esto pasa la segunda chance y casi la última es hacer causa común con los pasajeros de alrededor para conseguirle a la pobre madre y a su pequeño un asiento en otra clase.

Si la azafata tiene unos cuantos pasajeros bogando por la comodidad de una madre y a la propia madre con cara de carnero degollado, seguramente se lo consigue y todos felices.

Si nada de esto funcionó hay que poner en marcha a la imaginación y no hay que ahorrar en creatividad, cualquier excusa es buena para que nos cambien el asiento y cruzá los dedos para que el vuelo no esté completo.

Si no se puede conseguir otro asiento de ninguna manera y al niño ya lo tenés rompiéndote los tímpanos, lo siento mucho amigo, esto también nos puede pasar viajando.

pendejo

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